miércoles, 10 de junio de 2015

"Y ahora, ¿cómo estás?"

En esta nueva entrada del blog dirigimos nuestra mirada a dos chicos y una chica que formaron parte del área socioeducativa del Programa ASPA. Uno hace ya unos años, los otros dos más recientemente. A partir de sus experiencias de vida, ahora que alcanzaron la mayoría de edad, que superaron buena parte de sus dificultades y que pueden mirar atrás con serenidad, queremos aprender cómo fue su adolescencia, cómo fue su paso por el Programa y cómo se encuentran en la actualidad. Son José Antonio, Jennifer y José Daniel.

José Antonio


Estás cerca de cumplir veinte años. Tu adolescencia y parte de tu juventud empieza a quedar atrás. ¿Qué recuerdos tienes de esos años?, ¿cómo fue esa época de tu vida?, ¿nos puedes hablar un poco de ello?
En la adolescencia me encontraba bien, mi vida iba bien, pero tenía algún problemilla. Me costaba un poco controlarme, me veía nervioso. En casa no había muchos problemas; fue a partir de los catorce años, justo cuando falleció mi abuela. Ahí empezó a torcerse todo un poco, con los estudios, con cómo me llevaba en casa. Luego fue algo a peor, en casa cada vez más difícil, algunas discusiones, mi madre hablaba de internados. A partir de los diecisiete sí cambió a mejor, hice un curso para trabajar después, aunque es verdad que estuve a punto de dejarlo. En el colegio mejoré, aunque acabé dejándolo. Así hasta ahora.

Durante esos años de tu adolescencia y juventud formaste parte del Programa ASPA. ¿Qué te supuso en concreto tu paso por ASPA?, ¿te aportó algo que recuerdes?
Al tener problemas con mis padres, me vino bien la presencia del educador. En las movidas con mi madre él hacía de mediador. Era alguien con quien conversar, que estuviera cerca, a quien contar mis cosas. Me aclaraba las ideas más, por donde tirar con los estudios, orientarme. Esto del trabajo. Ah, el boxeo también estuvo bien.

Y ahora, ¿cómo estás?, ¿cómo te encuentras en el trabajo, con tu vida en general?
Ahora va de lujo, la verdad. Tengo un poco más de control de mi vida, estoy más calmado, centrado. Me veo más mayor. Al tener trabajo mi madre está más tranquila. Ella sigue pensando cosas que no son, busca algo para decirme, pero al final yo me controlo más. El estar fuera de casa por trabajo me ayuda a llevarlo. Me encanta estar en la calle y hacer cosas. Total que estoy bien, aunque sigan los problemillas en casa, imagino que como a todo el mundo.


Jennifer


Jenni, ¿qué nos puedes contar de tu adolescencia? ¿qué recuerdos te vienen a la mente de esos años?
Tengo una imagen buena de mi adolescencia. Cuando llegué a España me costó acostumbrarme, pero al entrar al instituto ya empezaron a ir las cosas mejor. Era duro echar mucho de menos Colombia, pero me fui acostumbrando. Incluso me gusta más aquí ahora que allá. Aunque me encanta mi país.

Durante un tiempo formaste parte del área de actividades del Programa ASPA. ¿Cómo fue tu paso por las actividades?, ¿te lo pasaste bien, aprendiste algo que ahora nos puedas decir?
En el Programa ASPA conocí mucha gente. Me ayudaron mucho a que no se me diera tan difícil estudiar, me animaron a que siguiera estudiando. Con los compañeros y con los educadores me encontré superbien. Hice amigos. Tenía la libertad de contarles mis cosas a Silvia y a Luna, aunque yo no estuviera en la parte de tener un educador. Ellas me llamaban, me preguntaban cómo estaba. Eso me sirvió mucho. (Sonríe)

Por último, ¿cómo te encuentras ahora?, ¿qué esperas de los próximos años?
Muy bien, la verdad. No me quejo. ¿Qué espero? Pues trabajar, encontrar un buen trabajo, seguir estudiando más adelante. Espero que los cursos que he hecho de comercio, de cocina, y otros aquí en el ASPA también me ayuden a encontrar trabajo. Personalmente estoy bien, las cosas en mi vida en general están tranquilas


José Daniel


¿Cómo era tu vida antes y como fueron los primeros momento en España?
En mi vida había algún problemilla, vivía en Honduras y mi madre había venido a España buscando una vida mejor, para encontrar oportunidades. El barrio donde vivía era algo conflictivo. A pesar de los problemas allí hay cosas muy buenas, como los amigos, familiares, la comida, la naturaleza y los paisajes y la humildad de la gente. Estaba enfadado con el mundo y pensaba que si la gente me tenía miedo me respetaría. Ahora el enfado lo desahogo con cosas buenas, antes lo hacía molestando. Cuando llegué a España, los primeros meses tenía un sentimiento de soledad, no conocía a nadie, quería seguir con lo mismo de Honduras. Pero entonces pensé que si la gente me tenía miedo, cómo iban a querer ser mis amigos, por lo que trate de cambiar en ese aspecto.

¿Cómo llegaste al programa ASPA?, ¿qué pensaste de tener un educador y en qué te ha servido?
No quería ir al Instituto, me daba igual todo y un día me escape saltándome la valla. El instituto habló con mi madre y me dijeron que tener un educador te podía ayudar. En un principio no quería, pero pensé que no perdía nada por probar. Con el educador, el ir a las actividades me ayudó a invertir el tiempo en cosas productivas, antes las cosas, como he dicho, me daban igual. A partir de los consejos y diálogos, me he dado cuenta de que buscan mi beneficio y sobre todo me he dado cuenta de que él que debe buscar ese beneficio soy yo por mí mismo.

¿Cómo te va ahora y qué esperas del futuro?
Me va mejor que antes, me manejo por aquí, sé cómo se vive, me he acostumbrado al horario. En la actualidad hago las prácticas de una Formación Profesional en Hostelería, durante el curso he estado comprometido, en clase he prestado mucha atención, siendo responsable. Espero tener un buen futuro, estar trabajando de chef, siempre y cuando me quede cerca de casa (sonríe). También me gustaría poder ir a Barcelona, a ver el estadio del Barça e ir a la playa. Y me imagino teniendo una casa, aunque hay que tener mucho dinero para una. (más risas).

No hay comentarios:

Publicar un comentario